Publicado el 21. octubre 2025

Apagones: Cuando la red de corriente falla

Blackout

Todos damos por sentado encender la luz, cargar el móvil y, sí, también tirar de la cadena. Pero, ¿qué ocurre si de repente se va la luz y el enchufe se convierte en una mera decoración de un momento a otro? En esta entrada de blog te proporcionamos información reveladora sobre los apagones.

¿Qué es un apagón?

Es una reacción de cortocircuito, que puede producirse rápidamente en un hogar, por ejemplo, debido a componentes defectuosos, aislamientos frágiles o daños causados por agua. Los cortes de red locales o domésticos suelen ser de corta duración y los daños pueden repararse con relativa rapidez.

Por otra parte, los apagones (en inglés, «blackout») se producen cuando falla el suministro eléctrico en una región y en una zona extensa de ciudades enteras, países o incluso continentes. Se trata de un corte prolongado de la corriente, las infraestructuras y el suministro, que afecta tanto al ámbito doméstico como al público.

Por tanto, las consecuencias las sufren todos. No hay luz, calefacción ni climatización, no funcionan ni los ordenadores, ni Internet, ni los teléfonos móviles, y los cajeros automáticos y las cajas registradoras tampoco responden. Incluso el suministro de agua y la evacuación de aguas residuales se ven comprometidos, dependiendo del sistema y de la duración del apagón. También fallan el alumbrado público, los semáforos, los ascensores, y mucho más. Cuando todos los sistemas eléctricos dejan de funcionar, la vida pública se detiene rápidamente casi por completo.

No hay luz, pero no por ello es un apagón

Es importante recordar que, aunque los términos «corte de red» y «apagón» suelan utilizarse indistintamente, se diferencian sobre todo por su alcance, duración y consecuencias.
Los cortes de red también pueden durar varias horas, especialmente tras fuertes tormentas. Sin embargo, la interrupción del suministro afecta «solo» a algunos barrios o regiones durante un periodo de tiempo limitado, y la red de corriente permanece en gran medida intacta y controlable. Un ejemplo puede ser la avería de un transformador en un barrio concreto.

En contraste, en un apagón no solo falla el suministro en un área extensa, sino que además son necesarias medidas complejas para restablecer el suministro, como la formación coordinada de subredes o el uso descentralizado de plantas adecuadas y capaces de arrancar en negro en caso de apagón. Un corte generalizado y prolongado en toda Austria, causado por un efecto dominó en la red eléctrica europea, se clasificaría como apagón.

He aquí una breve comparación:
CaracterísticasCorte de redApagón
AlcanceLocal o regionalA escala nacional o europea
DuraciónDe unos minutos a unas horasDe unas horas a varios días o más
CausasDefectos técnicos, mantenimiento, tormentasFallo del sistema, sobrecarga de la red, ciberataques, desastres naturales
ConsecuenciasImpacto limitadoInterrupción grave en las infraestructuras y el suministro
Estabilidad de la redBásicamente intactaColapso de la red de corriente
RestablecimientoPosible con relativa rapidez a través de los operadores de redRestablecimiento complejo y a menudo descentralizado
EjemploAvería de un transformador en un barrioEfecto dominó en la red eléctrica europea

¿Cómo se produce un apagón?

El 28 de abril de 2025 se produjo un apagón de 18 horas en España que afectó a 50 millones de personas en Cataluña, Valencia y Andalucía; regiones de Francia, Alemania e Italia también sufrieron breves cortes de red. A continuación, se llevó a cabo un estudio minucioso del motivo. Se identificaron varias condiciones técnicas y sistémicas que, en última instancia, se reunieron para provocar el apagón: sobretensión en la red de corriente, falta de control y de estabilidad de la red, interconectividad frágil, decisiones operativas equivocadas y falta de sincronización con el país vecino conectado a la red (Francia).

Rara vez puede atribuirse un apagón a una sola causa; la confluencia de diversos factores hace que la razón del apagón general sea tan compleja como sus consecuencias.

Los desastres naturales y las condiciones meteorológicas extremas no solo ponen cada vez más a prueba la resistencia de las infraestructuras eléctricas existentes, sino que pueden llegar a destruirlas: los postes se salen de sus cimientos debido a corrimientos de tierra y los cables se rompen bajo el peso de nevadas intensas. En estas circunstancias, los trabajos de reparación son especialmente peligrosos y requieren mucho tiempo.
Las olas de calor extremo, a su vez, pueden provocar picos repentinos de demanda, que superan la capacidad disponible y generan desequilibrios entre la generación y el consumo. Las caídas o interrupciones repentinas de las fuentes de energía (renovables) —por ejemplo, debido al mal tiempo— también contribuyen a la volatilidad de la red de corriente. Para afrontar esto, se necesitan opciones flexibles y eficientes de regulación de la red.

Asimismo, la integración de las energías renovables plantea un reto adicional, ya que a menudo se producen de forma descentralizada y dependen de las condiciones meteorológicas. Esto complica tanto las previsiones de producción y alimentación como el control de los flujos de electricidad. No obstante, las ventajas de las energías renovables superan claramente los riesgos, sobre todo en el contexto del cambio climático.

Al igual que otros sistemas complejos, las redes interregionales de suministro también son propensas a los fallos: por un lado, debido a defectos técnicos (daños en las turbinas, desgaste de materiales, fallos de conmutación…) y, por otro, debido a errores humanos, por ejemplo, en la operación o el mantenimiento. Estos errores pueden provocar repercusiones muy graves lejos de su punto de origen, ya que los distintos componentes, sistemas o regiones de una red son interdependientes.

A esto se le añade que los hackers, mediante ciberataques dirigidos a los sistemas de control de redes o plantas, pueden causar daños significativos. No solo provocan cortes de corriente inmediatos e incluso apagones, sino también fallos estructurales y de hardware a largo plazo que son difíciles de identificar y rectificar. Por ello, es importante no solo contar con componentes del sistema robustos, sino prestar atención también a la seguridad de la infraestructura energética y a la protección de datos en particular.

Suministro europeo de electricidad

La manera más sencilla de entender la red eléctrica europea es compararla con una compleja red vial, donde la electricidad viaja por autopistas o carreteras buscando siempre la ruta más fácil desde el productor hasta el consumidor. La frecuencia habitual a la que circula la electricidad por las líneas es exactamente de 50 Hz. Los problemas surgen cuando esta frecuencia se altera, como cuando se consume más electricidad de la que se inyecta en la red. Entonces, se rompe el equilibrio y aparecen errores.

Mientras que pequeñas desviaciones con un rango de fluctuación de 0,2 Hz –es decir, entre 49,8 y 50,2 Hz– pueden compensarse, diferencias mayores pueden provocar a veces el colapso de la red: en estos casos, los operadores de redes de transmisión tratan de intervenir a tiempo para restablecer el equilibrio y estabilizar el sistema. En Europa, 44 operadores se ocupan de regular el flujo de electricidad. Se encuentran bien interconectados, ya que en general no existen soluciones independientes para cada país.

Las contramedidas que se tomen en un punto pueden provocar efectos en cascada en otros lugares, es decir, una reacción en cadena. Por lo tanto, por razones de seguridad, las desconexiones se producen a partir de frecuencias de 51,5 Hz o 47,5 Hz para evitar daños importantes en los sistemas eléctricos. De este modo, la red de corriente queda fuera de servicio, es decir, sin tensión. En contraste con el apagón prolongado, no planificado y fuera de control –es decir, el «blackout»–, este apagón parcial controlado se denomina brownout. Tras un apagón parcial, la red de corriente solo puede restablecerse de forma lenta y gradual, pero los daños que hay que reparar son mucho menores que en un apagón total.

La seguridad empieza por una buena planificación

Una cosa está clara: un apagón es un escenario que nadie desea vivir. Pero con la preparación adecuada, la incertidumbre puede convertirse en seguridad. Esto se aplica tanto a países como a municipios, pero sobre todo a cada hogar. Hay numerosas listas de comprobación para apagones que ofrecen valiosos consejos para que tú y tu hogar podáis estar bien preparados en caso de emergencia. Las soluciones energéticas bien diseñadas desempeñan en estas situaciones un papel clave y garantizan la seguridad del suministro cuando de repente se corta la luz. En esta entrada de blog, desvelamos qué componentes son los verdaderos héroes que nos ayudan en caso de apagón.

Foto de Karin Fischer
Karin Fischer

… es una entusiasta de las energías renovables y las comunidades energéticas. Escribe sobre el uso inteligente de la energía solar y la inteligencia artificial para optimizar el consumo de energía en todos los ámbitos de la vida, desmontando los mitos habituales en torno a la energía fotovoltaica y la movilidad eléctrica.

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